miércoles, 6 de noviembre de 2013

Asociación El Ovillo

Es importante tener proyectos en la vida. Son el motor del día a día. Lo que ayuda a levantarse de la cama. Uno de los más importantes para mi es este: http://el-ovillo.webnode.es/ 
Formo parte de esta asociación emocional y profesionalmente.Os recomiendo que echéis un vistazo a esta página y a la labor que, cada uno desde lo que está en su mano, estamos haciendo.
El proyecto Libros Soñados es el que nos traemos entre manos estos días, estoy muy ilusionada con él, porque es un espacio para poder trabajar en lo que más me gusta, la terapia de grupos, y con dos personas muy importantes para mí, Flor y Miguel. Ánimo compañeros, estoy muy orgullosa de nuestro grupo y nuestro trabajo.

Predicando con el ejemplo

En la entrada anterior hablaba de la Autocrítica y de la responsabilidad con una misma, pues bien, y gracias al apunte de una buena amiga, tengo que hacer un ejercicio de humildad y reconocer mi propio error. ¿Cómo puedo ser responsable conmigo misma si nunca hablo desde mi, sino que hablo en tercera persona? Ésto no se trata de que yo os suelte un sermón sobre cómo comportarnos para mejorar nuestras vidas, ésto consiste en un espacio para la reflexión. Un espacio en el que pueda sacar las propias conclusiones que me ayuden a hacer un trabajo diario para cambiar aquellas formas de actuación que me afectan y buscar la forma para que dejen de hacerlo. Una vez pase ésto, lo de los demás cambiará porque dejará de tener la importancia que tiene ahora. Habrá cambiado el cristal con el que miro las cosas.
 ¿Qué supone hablar en primera persona para mí? Hacerme responsable de mis propias palabras, es el primer paso para profundizar en mi cueva, que es el único sitio en el que puedo tomar conciencia de mis propias actuaciones y ver cómo me afectan en mi vida diaria. No es justo para los demás, ni para mí misma, que  les haga responsables de mis estados emocionales por sus actos, esos dependen de ellos, yo no los puedo cambiar. Lo único que puedo cambiar, es aquello que está en mi mano: ¿a quién le debo exigir la responsabilidad de mi felicidad? A mí misma. Se acabó echar los balones fuera, a partir de ahora quiero todos los balones en mi jardín. Se acabó el " es que Menganito ha hecho esto contra mi" ¿y qué? que "Menganito" actúe de una manera sólo depende de Menganito, ¿qué le estoy permitiendo a Menganito sobre su forma de actuar? ¿le pongo mis verdaderos límites a Menganito?; ¿qué he hecho yo para que Menganito actúe así? ¿lo puedo cambiar?; ¿por qué me afecta tanto la forma de actuar de Menganito?....

lunes, 4 de noviembre de 2013

Autocrítica


Hay veces que tenemos que pararnos a mirar, para así poder darnos cuenta de cómo actuamos y cómo nos afecta esta manera de actuar. No es tan fácil. Hay que apartar muchos conceptos que tenemos muy arraigados en nosotros. Conceptos que sólo nos hacen autoconvencernos de que tenemos razón, lo que provoca que miremos hacia otro lado y no aprendamos todo lo que podríamos aprender de una determinada situación. ¿Por qué pasa esto? Muy simple, el ego, nuestro ego. Lo fácil es mirar las flores del balcón de enfrente, porque esto nos exime de responsabilidad, pero, ¿estamos siendo justos con nosotros mismos?, ¿somos responsables con las flores de nuestro propio balcón? Es muy fácil mirar así las cosas y no profundizar en lo nuestro. Estamos especializados en opinar sobre la vida de los demás, pero de la nuestra que no opine nadie. Sólo hemos aprendido a ser críticos con los que nos rodean. La “autocrítica” está olvidada, dormida, bloqueada. Hay que ser valiente para ponerla en práctica y así, sólo así, conseguiremos que nuestro aprendizaje sea más profundo, lo que nos llevará a estar más acorde con nosotros mismo y vivir en sintonía.